En Por fin no es lunes, el divulgador científico, Mario Viciosa, asegura que los virus nos llevan acompañando desde que se inventó la agricultura y ganadería. Pero antes ya infectaban a nuestros ancestros. A aquellas primeras células que formaron organismos. Y a base de infectarlas una y otra vez, restos de esos virus de hace millones de años se han terminado por integrar en nuestro genoma.
No se puede negar que somos un poco virus. En concreto, entre un 8% y un 10% de nuestro genoma no nos pertenece.Es un fósil de viejos virus que infectaron a nuestros ancestros, que se quedaron insertados en sus células, mezclando su material genético con el de aquellas. Y eso se ha ido heredando generación tras generación hasta nuestros días. Sobre todo si ha quedado infectada una célula óvulo o espermatozoide.
En el genoma, hay partes que no codifican nada. Que llamábamos hasta hace unos años "genoma basura", que creíamos que estaba ahí porque sí, pero que no servía para producir proteínas ni nada. Y ese genoma que parecía que no debería estar ahí perteneció un día a un virus. Los virus también tienen su genoma. Sólo que, en muchas ocasiones, escrito en otro idioma: ARN. En las células hay buenos traductores, así que no pasa nada, se las apañan para meter su texto, traduciéndolo al lenguaje de ADN, en el genoma de las células que infectan.
No todos los virus son malos. Esta semana han descubierto algo muy interesante sobre esos virus ancestrales que se quedan para siempre, como fósiles, en el genoma. Esto no sólo pasa con el genoma humano. En los ratones les pasa exactamente igual. En concreto, hemos encontrado un virus que infectaba a la familia de los múridos (que son roedores) hace 50 millones de años. Acaban de ver que ese virus, llamado MERVL, lejos de perjudicar a la evolución de los ratones, es fundamental hoy en día para que se formen los embriones, tras la fecundación.