En medio del caos en los aeropuertos, seguro que a más de uno se le ha pasado por la cabeza teletransportarse. Algo así como levantarse de la cama, cerrar los ojos y, al abrirlos, al momento, aparecer en la playa, en su destino de vacaciones. No tenemos muy claro que eso sea posible. Pero esta semana, un equipo de la universidad de Delft, en los Países Bajos, ha presentado la primera red cuántica de comunicación que usa la teletransportación para transmitir datos. O sea, que a lo mejor no podemos teletransportar personas, pero sí información.
Como sucede con el cochecito del experimento de la peli "Los cuatro fantásticos" en la realidad no hemos conseguido teletransportar juguetes. Pero sí átomos sueltos o moléculas, y a poca distancia. De manera precisa, toda la información que define a esa partícula, átomo o molécula se reconstruye en otro sitio. Eso es teleportarse o teletransportarse. Es posible la teletransportación cuántica.
En la física cuántica hay un fenómeno loquísimo que Albert Einstein bautizó como 'espeluznante efecto a distancia‘. Técnicamente, es conocido como ‘entrelazamiento cuántico‘. Un fenómeno que solo ocurre en el mundo de lo inmensamente pequeño, de las partículas subatómicas, y es la base de que un posible internet del futuro sea hiperseguro.
Con sólo pensar lo que voy a decir, los oyentes ya podrían escuchar dicho mensaje por el transistor o en sus propias cabezas. A esto lo llamamos entrelazamiento cuántico.Esto se puede hacer con partículas que contengan información, como si fueran sobres con cartas. Esas cartas serían los bits, en información digital, o sea, ceros o unos. En el mundo de la computación cuántica los bits tienen una ventaja: pueden ser ceros, unos o ceros y unos a la vez. Es muy loco, pero funciona. Y a esos bits cuánticos los llamamos cúbits. Una idea es construir una red de bits cuánticos (cúbits) que se entrelazan con cúbits en otras partes de la red, pero sin necesidad de conexión. Por así decirlo, esos cúbits sufren una teletransportación. Desaparecen de un lugar B y aparecen en un lugar A. Y es exactamente lo que han hecho en la Universidad de Delft. Se han intercambiado el entrelazamiento.
Aunque faltan décadas para la aplicación de descubrimiento del la Universidad de Delft, posiblemente, tengamos un internet más seguro, pero no más rápido
Duda de la Semana. ¿Por qué no puedo (ni podré) teletransportarme? Por diversos motivos. Primero porque no podemos viajar a la velocidad de la luz, lo cual sería una posible vía. Y segundo, porque somos demasiado complejos para hacer una copia de nosotros mismos en otro lugar.