El repaseo es un arte. El de aclimatarse a la actualidad haciendo aspavientos, presupuestando el embargo por las cuentas que te traen, del verbo "pa' mí": lo mío es mío y lo tuyo es "tuyo; yo nombro a los míos, tú nombras a los tuyos, como cada alcalde pa' lo suyo". El posesivo y los nombres propios.
Semana de los que quieren ser nombrados: "Hay algo bueno conmigo y es que lo que diga un público, lo diga un privado", Ayuso; de los aludidos: "La señora Díaz Ayuso y yo conversamos de manera cordial, distendida, como dos compañeros que somos", Almeida; y los saludados: "Todo es perceptible, por supuesto que todo se puede mejorar". Caídos del guindo, rebote para el resto: "Señores del gobierno, calculen bien sus fuerzas", Rufián; porque... ¿Por qué? "Por coherencia, porque creo que es bueno" y porque "merece la pena", y si Simón dice "merece la pena", es que será así aunque luego lo olvidemos.