El rechazo de los jóvenes hacia las personas de la tercera edad ha sufrido un incremento a raíz de la pandemia, que ha traído consigo la separación en franjas de edad y los debates sobre si a los ancianos se les debía atender o no en las colapsadas UCIs de los hospitales. Esta aprensión se denomina gerontofobia y, según la catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia Adela Cortina, "aparte de ser injusta es estúpida".
En España, hay más de 9 millones de personas mayores de 65 años, y para Adela Cortina representan un amplio ámbito con "un espíritu vital maravilloso". Además, la catedrática apunta que no es lo mismo la edad cronológica que la edad vital, aunque lamenta que la brecha digital ha mostrado "una línea que hace que la experiencia de los del mundo analógico no les resulte interesante" a los jóvenes.
"La mezcla entre generaciones es sumamente enriquecedora", defiende Adela Cortina, e insiste en que "somos personas interdependientes". Asimismo, critica que "si no se respeta la dignidad de todos los seres humanos, se va abajo la democracia".
Por último, señala lo aprendido tras esta crisis sanitaria y social y remarca la necesidad de crear "nuevasresidencias públicas y concertadas, y atención domiciliaria" porque "no se puede dejar a nadie fuera".