Los abusos sexuales que el escritor Alejandro Palomas padeció durante su infancia en el colegio de La Salle Premià de Mar (Maresme), y que denunció recientemente, fueron un punto de inflexión en su vida.
"Cuando te violan de niño, no hay nada que lo borre; afecta para siempre a la manera en la que te vinculas con el mundo y con tu entorno", ha declarado Palomas.
Una historia desgarradora
El Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y Premio Nadal en 2018 ha explicado que las agresiones sexuales se produjeron entre los años 1975 y 1977 por un religioso y profesor de La Salle, cuando tan solo tenía entre siete y nueve años.
Al principio sentía mucha culpabilidad por lo que estaba sucediendo y ni siquiera se atrevía a confesárselo a sus padres. Sin embargo, un día pudo sincerarse con su madre gracias a la insistencia de ella, que se había percatado de que algo no iba bien para con su hijo.
"Más que llorar, intentaba respirar porque ya no me salían más lágrimas", ha expuesto el escritor apuntando que, desde entonces, su manera de llorar cambió inevitablemente.
Su madre le prometió que jamás se repetiría aquello y, aunque así fue, el suplicio de enfrentarse diariamente a su abusador no terminó. Pasó de ser su alumno predilecto a convertirse en el alumno más odiado, el niño con el que canalizar sus frustraciones. A aquel malestar hubo de añadirse el acoso escolar al que después fue sometido por algunos de sus compañeros que encontraron en él la debilidad para hacer la burla. Sin duda fueron años muy complicados cuyas secuelas se prolongaron durante décadas y, de alguna forma, todavía persisten.
"En mí existe una falta de vinculo con la condición humana que suplo con la naturaleza y los animales", ha señalado.
Reparación y justicia
Habiendo transcurrido cuatro décadas, tras haber realizado un trabajo de introspección complicado pero reparador, Alejandro Palomas se ha atrevido a denunciar su caso públicamente porque lo cierto es que los abusos sexuales que sufrió no fueron los únicos perpetrados por su abusador, el hermano Jesús Linares, de 91 años. Al menos otros siete exalumnos de la escuela también han confesado haber sido agredidos por parte de este individuo durante los años setenta y ochenta.
Después de denunciar su caso en varios medios de comunicación, Alejandro Palomas incluso interpeló al presidente del Gobierno Pedro Sánchez por redes sociales: "Acabo de desnudar mi dolor en una radio por todos/as los niños y niñas abusados/as y violados/as por miembros de la Iglesia Católica desde hace décadas. Somos Memoria Histórica enterrada en vida. Denos usted la voz" tuiteó en referencia a investigar estas agresiones sexuales.
Aunque reconoce no guardar rencor "ni siquiera a aquella persona", Palomas clama justicia para que la historia no se repita porque "cuando los niños son mermados por sus abusadores, acaban convirtiéndose en adultos angustiados".
Por el momento, Palomas, este ser autodefinido como "impar", puede sentirse ciertamente satisfecho debido a que su denuncia ha derivado en la investigación de los abusos sexuales perpetrados por este religioso.