Las primeras palabras que le escuchó decir a su padre fueron “Pero Ana Mari, qué feílla es”. Lo sabe porque se lo han contado. Se lo han contado muchas veces. Al igual que también sabe, porque se lo han contado, que estuvo tres días sin nombre. Su padre y su madre no se decidían por ninguno. A él le gustaba África y a ella le recordaba a pobreza. Barajaron el nombre de Laura, pero al final ni uno ni otro.
Aquella niña nacida entre molinos de viento, en Campo de Criptana (Ciudad Real), es hoy uno de los fenómenos literarios del año. Nieta de campesinos y feriantes, estudió comunicación audiovisual y periodismo y en su pasaporte tiene más sellos, de los que nunca hubiera imaginado. Ahora se estrena como escritora. Sin prejuicios y sin pelos en la lengua. Cuestionando el progreso y poniendo al descubierto las grietas de los valores y los convencionalismos de nuestra sociedad. A través de su historia, la historia de su propia familia, es como ella lee la historia reciente de España. Su nombre es Ana Iris Simón y nos presenta en "Por fin no es lunes" su primer libro llamado "Feria".
Ana Iris Simón nos cuenta que "Feria" nació de un artículo que publicó en Vice España hablando de la profesión de su familia materna, que eran feriantes. Nunca lo había contado. Durante 20 años lo mantuvo en secreto. Dice que no quería que nadie pensara que eran unos arrabaleros o unos gitanos. Aquel artículo tuvo tanto éxito que acabó convirtiéndose en su primer libro. Durante el proceso de escritura su abuela paterna murió y eso le hizo replantearse muchas cosas. A través de ambas familias, de sus vivencias y sus anécdotas, Ana Iris reflexiona sobre todos aquellos temas que le interesan: la vuelta al pueblo, el progreso, la maternidad, la familia, la patria, la masculinidad o la religión.
Vuelta a los orígenes, al pueblo y a la familia
Al igual que los jóvenes de su generación, Ana Iris creció con el imperativo de "ser libre". Libre de elegir y aspirar a una carrera universitaria, trabajar de lo suyo aunque fuera por un salario de miseria, vivir en el extranjero, viajar compulsivamente y posponer la maternidad hasta conseguir un trabajo y tener una posición. Sin embargo, asegura que "somos la primera generación que vive peor que sus padres". Así que le da envidia la vida que tenían sus padres a su edad. "La generación de mis padres vio todo progreso, las cosas iban bien pero en mi generación ha sido lo contrario. Hemos visto dos crisis", cuenta.
Ana Iris cuestiona el progreso. Afirma que es “una huida hacia adelante que nos ha llevado a vendernos en nombre de no sé muy bien qué” y como dice C.S Lewis “cuando estás viendo que ir hacia adelante no funciona, igual lo más progresista es dar dos pasos para atrás”. La autora de "Feria" tiene 30 años y después de vivir en pleno centro de Madrid ha decidido abandonar la gran ciudad para volver al pueblo. "Se nos vendió que si te quedabas en el pueblo eras un fracasado y un paleto. Yo desandado el camino", dice. Ana Iris quería volver a un sitio más parecido al entorno en el que se crio. No se imaginaba teniendo una familia en Madrid. Ana Iris está embarazada.
La escritora parte de unos presupuestos de izquierdas, pero su libro ha cautivado tanto a la derecha como a la izquierda. Dice que por la familia en la que ha crecido su manera de ver el mundo siempre ha sido política y que se ha podido hacer preguntas que otras personas no. Asegura que no le importa que su libro se lea en clave política aunque "me sorprende que le guste a los liberales porque hago una crítica feroz".
Ana Iris no solo reivindica las raíces, el pueblo y la familia sino que además reivindica la masculinidad de su padre y de su abuelo. "No veo la masculinidad tóxica de la que hablan. Mi padre dejó de trabajar cuando nació mi hermano", afirma.