ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

La "apocalíptica" situación de las embarazadas en Gaza: "Se enviaba a las mujeres a casa media hora después de parir porque no había sitio en el hospital"

La coordinadora de la respuesta de emergencia en Gaza de Médicos Sin Fronteras explica las condiciones de insalubridad en las que miles de mujeres tienen que dar a luz desde el inicio del conflicto.

ondacero.es

Madrid |

La "apocalíptica" situación de las embarazadas en Gaza: "Se enviaba a las mujeres a casa media hora después de parir porque no había sitio en el hospital"

Han pasado 121 días desde que el 7 de octubre comenzara la guerra entre Hamás e Israel. 121 días en los que no se ha llegado a un acuerdo de paz más allá de breves periodos de alto el fuego. En ese periodo, el número de muertos y heridos no ha dejado de aumentar. Este sábado, la zona de Rafah -donde se concentran la gran mayoría de gazatíes- ha sido bombardeada dejando 18 muertos. En estos 121 días, 20.000 bebés han nacido en Gaza y la OMS prevé que unas 5.500 mujeres den a luz en febrero, lo que supone más de 180 nacimientos al día con bombardeos casi diarios y con ayuda humanitaria entrando a cuentagotas la situación se está volviendo insostenible.

"Hay personas viviendo en aceras, rotondas y garajes"

Los heridos, enfermos y embarazada se reparten la atención médica y los recursos insuficientes, algo que sabe bien la coordinadora de la respuesta de emergencia en Gaza de Médicos Sin Fronteras, Pascal Coissard, que ya se ha enfrentado a dos preguntas en Gaza: ¿A quién y a quién no podemos ayudar?

Coissard asegura que la situación es muy difícil de describir, algo nunca visto y un infierno tan grande que todos los cooperantes allí desplazados están afectados por lo que les está tocando ver: "He estado en varios puntos del planeta donde había conflictos, refugiados, epidemias, etc, pero algo como lo de Gaza no lo he visto hasta ahora. Lo que más afecta es ver que esas personas no pueden salir, están arrinconadas en un pequeño lugar de la Franja en la que hay mucha densidad de población. Han sido desplazados hacia el sur. La mayoría sobrevive en la ciudad de Rafah y ahora hay una densidad de población inimaginable. Hay personas en las aceras, rotondas, escuelas, garajes. Allá donde haya cuatro paredes, las personas van a intentar instalarse para tratar de sobrevivir y esperar a que pare, pero esto no para".

La cruda realidad de las mujeres embarazadas en Gaza

El alto al fuego no llega y eso es un problema porque les limita a la hora de ayudar y mandar ayuda humanitaria. Saben que tienen que ayudar, quieren, pero no hay manera de hacer más, por eso asegura que se encuentran ante una situación "catastrófica y apocalíptica" ante la que se sienten desamparados.

En el caso de Médicos Sin Fronteras, explica que en el Hospital Emirati -la última Maternidad que queda en Gaza- han construido una extensión para poder atender a todas las mujeres que habían parido para que pudieran estar en una sala postparto y recibir los cuidados adecuados: "Había tantos partos que las mujeres tenían que salir lo más rápido posible de la sala. Se quedaban media hora en la sala de parto y después tenían que irse a sus casas para dejar a otra".

Esta situación es "insostenible" porque todo el mundo sabe que las 24 horas inmediatamente posteriores al parto son críticas tanto para la madre como para el bebé, y aquí se enviaba a las mujeres a "sus casas o donde estuvieran instaladas". Actualmente, el hospital está recibiendo "cuatro veces más partos que antes de la guerra", pero no todas tienen la suerte de parir en un hospital: "Algunas lo tienen que hacer en tiendas. He hablado con mujeres que han dado a luz en letrinas. El otro día hablé con una cuyo hijo había nacido muerto porque no había podido tener la cesárea que necesitaba".

El regreso de las enfermedades erradicadas, otro de los grandes problemas

Coissard asegura que atienden primero los casos más graves y a las personas más vulnerables y que, a pesar de que no son los únicos desplegados en la zona, la ayuda es insuficiente: "No llegamos a las miles de personas que lo necesitan y no sólo son los heridos graves, sino los que antes de la guerra tenían una condición médica que no se pueden cuidar: diálisis, diabetes, hipertensión".

Además, también están haciendo frente a la reaparición de enfermedades erradicadas y que han regresado por la poca higiene que hay entre personas que están hacinadas en un lugar muy pequeño: "Hay gente que muere de esas enfermedades porque no se pueden asear de manera correcta, no tienen acceso a agua potable o no pueden comer lo que necesitan. Estamos viendo heridas infectadas que toman proporciones muy complicadas. De hecho, las personas tienen que arbitrar su tiempo y durante el día hay que elegir: o hacer cola y tirarse horas caminando para buscar comida o agua, o tratar esa herida".