El viaje de Brais Palmás empezó cuando apenas tenía 19 años y no tenía ni idea de qué hacer con su vida. "En ese viaje yo iba buscando algún sentido a mi vida porque no encontraba ninguna motivación. Vendí las pocas cosas que tenía, me compré una bicicleta y viajé hasta los Balcanes", cuenta el viajero.
Aunque muchas veces pensemos que sin una 'estabilidad' económica es imposible ir a cualquier sitio, Brice es capaz de vivir con 99 céntimos al día. Este aventurero admite que "las facturas siguen existiendo", pero que la cuestión es preguntarse "qué es lo que necesito para vivir".
Palmás hace muchos de estos viajes junto a su pareja y reconoce que se alimentan recogiendo comida de los contenedores. "Occidente despilfarra cantidades enormes de comida. Lo que hacemos en las ciudades es "entrar" por la parte de atrás del supermercado donde te vas a encontrar todo tipo productos en el contenedor".