Atleta paralímpica, víctima de violencia de género y madre en la tierra y en el cielo. Carmen Giménez es campeona de España de atletismo en 800, 1.500 y 5.000 metros lisos y es campeona en la carrera de fondo de la vida. Cuenta su historia con una sonrisa y de sus palabras se atisba la personalidad de una mujer luchadora, valiente y tenaz.
Hace 11 años, su pareja de aquel entonces, la tiró por la ventana de un tercer piso. Una lesión medular la dejó en silla de ruedas. Lejos de venirse abajo, sacó fuerzas de flaqueza y siguió luchando.
Pero la vida le tenía preparado otro duro golpe: la muerte de su hijo en un parto prematuro. Por él empezó a correr y hoy lucha, a través de su proyecto 'Run for You', para dar visibilidad al atletismo adaptado y al deporte inclusivo.
Estos dos episodios han supuesto un antes y un después en su vida y en su manera de entenderla. "Te dan un vuelco. Son momentos que tienen una primera parte de sufrimiento, de dolor… Yo los enfoco como herramientas que te da la vida para hacer muchas otras cosas. Al final es vivir situaciones y experiencias excepcionales y que si no las hubieses vivido probablemente no habría hecho otras cosas. Yo me quedo con esa parte positiva", cuenta.
"El dolor pasa y luego te quedas con un aprendizaje que te ayuda para el resto de tu vida", afirma la atleta.
La violencia de género
Carmen Giménez dice que vivió una primera etapa de "mucho miedo a todo": "El asimilar que la persona a la que quieres intenta matarte es un proceso mental complejo. Implica muchas cosas y entre otras, miedo. Termina por superarse. No absolutamente, pero sí razonablemente".
La pérdida de un hijo
Por otro lado, la muerte de su hijo fue un punto de inflexión en su vida. "Hablar de ello me resulta difícil. Mi hijo murió en términos físicos porque no le tengo a mi lado, pero en realidad Bruno forma parte de mi vida y de mis hijas. A pesar de no estar físicamente es él quién me llena de vida y alegría. Él me enseñó que la vida es el valor principal, lo más importante y que está por encima de todo. Me hizo consciente de que la vida es un regalo", cuenta emocionada.
Una vida paralímpica
Tras estas etapas de su vida, Carmen comenzó a correr y ahora trata de visibilizar y promover el atletismo adaptado. "Antes no era consciente de que podía correr en silla", señala. La atleta explica que sus amigos le han ayudado mucho en este proceso. Además, comenzó a correr por su hijo Bruno.
"Al principio me fui a la pista de atletismo con mi silla normal, pero eso no funcionaba. Luego me puse a investigar y vi que había que prepararse y tener una silla especial", recuerda.