De voz sincera, María do Carmo de Carvalho Rebelo de Andrade, Carminho bajo su nombre artístico, busca transmitir una cultura, un lenguaje, una tradición, pero sobre todo, un sentimiento a través del Fado, la expresión más conocida internacionalmente de la música portuguesa.
Carminho ha explicado que creció con este género portugués y que, con este cante en el corazón, emprendió un viaje para encontrarse a sí misma y descubrir cómo se quería mostrar al mundo. Mujer "dramática" y "de extremos", como a sí misma se califica, en la divergencia encontró la inspiración.
"Hace unos años me fui de mochilera por el mundo para encontrar nuevas historias que cantar porque las personas son mi mayor inspiración", ha manifestado arguyendo que "no podría componer nuevos Fados si las personas no fueran diferentes porque si fueran iguales no habría nada que decir".
Flamenco y Fado
El tema Perdóname, en colaboración con Pablo Alborán, fue la canción con la que se dio a conocer en España en el año 2011 y llegó a convertirse en la primera artista portuguesa en ser Top 1 español.
Este verano, Carminho ha recorrido España dando conciertos benéficos como el de Segovia, actuando en el Festival de Jazz de Madrid y compartiendo escenario con figuras del flamenco como Diego el Cigala en el Festival de Fado y Flamenco de Badajoz, entre otros lugares a los que ha llevado la historia y cultura de su Fado particular.
La cantante ha explicado que "aunquela forma del Fado y el flamenco es muy diferente, la esencia es muy similar" puesto que, de tradición oral y nacidos junto al mar, "ambos géneros son muy viscerales", ha apuntado no sin antes señalar que "esta música no es solo una armonía, un ritmo y una melodía, sino que es una forma de vivir, de expresarse y de ver el mundo".
Precisamente por esto, "los públicos de ambos géneros se entienden muy bien porque, aunque no comprendan las palabras, entienden los sentimientos", ha explicado.
El próximo concierto será en el Teatro Real de Madrid durante el Festival Internacional de Fado el 17 de octubre.
Fado en la sangre
Etimológicamente, el término Fado procede del latín, fatum, vocablo que significa destino y que dio nombre al primer disco de la cantante portuguesa, destinada a volver a sus raíces: a las Casas de Fado lisboetas donde se crió de niña.
"El Fado es mi lengua materna: empecé a cantar al mismo tiempo que empecé a hablar portugués", ha declarado Carminho tras reconocer la natural evolución que su música ha experimentado desde sus orígenes.
Actualmente, Carminho esgrime sus propios Fados con absoluto rigor porque "después de cantar Ton Jobin en Brasil no podía volver con la misma simplicidad de niña con la que grabé el primer disco", ha confesado apuntando que "tengo la responsabilidad de creer conscientemente en lo que canto".
En su último trabajo, la cantante hace un homenaje al Fado más puro con una serie de composiciones en las que muestra lo que ella considera que es el Fado en su esencia. Esto se debe a que Carminho no cree en la posibilidad de modificar de manera artificiosa un género, sino que "el Fado camina con el tiempo porque la música persiste, pero las letras evolucionan y se actualizan". En cualquier caso, en su último disco, Carminho "quería mantener la identidad y la autenticidad del Fado".
Asimismo, la portuguesa ha revelado que no siente ninguna presión por erigirse en el icono más internacional de este genero musical debido a que "el Fado siempre será un género muy liberador para mí", ha concluido.