Buika debutó en los años 2000 y su voz la ha llevado a ser una nómada. Esta cantante es de muchas partes y de ninguna a la vez, hija de padres ecuatoguineanos, de la tribu Bubi, se cría en Palma de Mallorca y la pandemia le ha obligado a asentarse en Miami. Concha es conocida como ‘’La voz de la libertad’’ ella no se siente obligada a nada y le encanta vivir girando por diferentes lugares con su música.
La paya de color, como la llamaba una comunidad gitana del bario Son Gotley de Palma que fue su segunda familia, ha estado siempre rodeada de estilos muy variados desde el flamenco que conoció gracias a sus queridos gitanos hasta Pavarotti o Iron Maiden que escuchaba su madre. Ella afirma que cuando se conecta con la música se conecta con la historia personal del artista por eso siente una ''unión con todas la nacionalidades''.
Concha Buika ha vivido mucho tiempo en Miami debido al confinamiento y cuenta que aquello es como un sueño ''Miami es de altos vuelos''. Buika necesitaba poner los pies en la tierra y eso se lo da España con su gente, porque aunque siente que es un poco de todas partes ''cuando se juega en casa es otra sensación'' le llena el alma.
Síndrome del impostor
Buika nos confiesa que ha sufrido el síndrome del impostor durante mucho tiempo porque no se sentía reconocida en su éxito. Pero ha hecho un pacto de no luchar con su mente porque ''el puñal de quien te quiere herir lo afilas tú'', ella siempre ha sido muy clara , sentencia que no va a sufrir más por lo que la gente opine y que el error es parte de la vida.
Afirma que quien te salva al final es el público que te recuerda quien eres ''con dos bofetadas''. Concha esta en plena forma y dice que es todas las facetas de ella misma, un espíritu libre que se abre en canal con lo sentimientos porque ''soltarse no es marcharse es estar en paz''.