Desde el inicio de la pandemia, es cada vez más habitual que la jornada escolar termine a mediodía, es decir, que sea continua, algo que ha generado un gran debate estos últimos días entre padres y madres de toda España a raíz de un estudio que cuestiona este modelo educativo.
¿Es lo mejor para los niños? ¿Cómo afecta a los padres? ¿A quién beneficia y a quién perjudica? Ángel Martínez es graduado en economía por la Universidad Autónoma de Madrid y analista en el Centro de Políticas Económicas de Esade, organismo que publica el estudio.
¿Por qué se comenzó a implantar la jornada continua?
Martínez explica que este tipo de jornada surgió hace varias décadas en Canarias y poco a poco se fue extendiendo a otras comunidades autónomas convirtiéndose en la mayoritaria dentro de la red pública -a excepción de País Vasco, Navarra o Cataluña-.
A raíz de un estudio publicado por su organismo, se ha visto que con la pandemia, muchos centros adoptaron de manera circunstancial la jornada continua, pero que después de la pandemia esos centros han consolidado el cambio y la mitad de ellos, en los que aún existe la jornada partida, ya están debatiendo y valorando el paso a la continua.
¿Cómo afecta a los alumnos?
Martínez relata que los principales afectados serían los alumnos porque, aunque el efecto de la jornada sobre el rendimiento no está muy claro en España debido a la falta de evidencia empírica, "está claro que tanto para España como para el resto de países analizados, un mayor número de horas de permanencia dentro de la escuela tiene un efecto muy positivo tanto para el rendimiento como para la salud socioemocional de los alumnos, especialmente los de rentas más bajas".
Explica que se cumple mejor con la jornada partida porque "incluye una hora de comida, con un posterior descanso y luego volver a retomar las clases, mientras que la continua es intensiva, que empieza demasiado pronto para lo que debería ser para los biorritmos de los alumnos y les obliga a estar toda la mañana con apenas media hora de descanso hasta las 14:00. Empiezan muy pronto, no tienen apenas descanso y comen más tarde de lo que deberían".
La economía también sale perjudicada
El estudio ha cuantificado a partir de la Encuesta de Calidad de Vida del INE cuáles son los ingresos perdidos por padres y madres a causa de la jornada continua. Y el resultado revela una brecha de género en este aspecto. Mientras los padres perderían en torno a 970€ brutos al año, las madres perderían alrededor de 1.900€ brutos anualmente.
Los grandes beneficiados por la jornada continua
Martínez explica que los profesores son los grandes beneficiados porque mejora sus posibilidades de conciliación: "Ellos mismos son padres y el hecho de salir antes del trabajo y no tener que ampliar las horas, se la mejora, pero estamos en última instancia ante una política que tiene muy pocos ganadores y demasiados perdedores".
La propuesta de los expertos
Por eso, proponen un tipo de jornada escolar que sea "políticamente viable", es decir, proponen cambiarla de la siguiente manera: pasar a un horario de jornada partida compensando a los profesores. ¿Cómo? Con los 8.000 millones de ingresos laborales perdidos y asumiendo un tipo efectivo de IRPF del 15%, hablaríamos de 1.200 millones de euros de recaudación perdida todos los años.
"Proponemos así compensar al profesor para que aumente sus horas de permanencia en la escuela -a través de un complemento salarial que estaría en torno a 560 millones de euros, 2.000 euros por docente en Infantil y Primaria- y dedicar el resto a dotar de infraestructuras a los centros que en muchos casos no tienen y deben tener para poder optar a la jornada partida a través de la construcción de comedores y una mejora estructural de la cuantía, la generosidad y la cobertura de las becas comedor, que en España están infradesarrolladas e impiden que las rentas bajas puedan permitirse este servicio".