El alcohol es la sustancia psicoactiva más extendida y más consumida a nivel mundial. Se estima que hay más de 2.400 millones de personas que lo consumen, o lo que es lo mismo, un tercio de la población mundial. Y no es algo nuevo. Los humanos llevamos emborrachándonos desde tiempos inmemoriales. Todas las civilizaciones han bebido. Desde la Antigüedad hasta hoy. Pero ¿por qué lo han hecho? ¿Qué papel desempeña el alcohol en la evolución del ser humano? Hay un libro, “Los Borrachos” de Edward Slingerland, que habla precisamente de este tema. Es una investigación deslumbrante acerca del vicio más antiguo de la humanidad.
En Por fin no es lunes David Hernández de la Fuente, catedrático en el Departamento de Filología Clásica en la Universidad Complutense de Madrid, nos ha contado que el alcohol ha estado presente a lo largo de la historia. Hace diez millones de años un ancestro del sapiens ya desarrolló una mutación en una enzima que permitió metabolizar el etanol, por lo tanto ya estaba preparado para el consumo de este estimulante.
El alcohol tiene que ver con el desarrollo de nuestras sociedades complejas. Su papel ha sido trascendental en el ámbito religioso, político, diplomático y social. Sólo hay que ver los banquetes clásicos griegos. En el Banquete de Platón se reunían intelectuales como Sócrates o Aristófanes para hablar de filosofía, amor, belleza, política o arte en torno a una mesa con alcohol. Afirma Hernández de la Fuente que en la antigüedad con una copa en la mano "se podía discutir y debatir con moderación".
La influencia del alcohol ha trascendido a ámbitos como la poesía, la literatura o el arte. Ya el comienzo del arte rupestre tiene que ver con la ingesta del alcohol. Lo mismo ocurre en la literatura, en la poesía clásica griega se elogia el vino sin cesar como metáfora de conocimiento y progreso.
A lo largo de la historia ha habido numerosos intentos de prohibir el alcohol. Pero ni el veto islámico ni la Ley Seca lo consiguieron. Todos los intentos fueron un fracaso.
