ENTREVISTAS DE POR FIN

Diego Hidalgo, sociólogo, sobre vender nuestros datos: "Se trata de abrir nuestro repertorio cognitivo, nuestra forma de pensar, nuestra identidad"

El sociólogo Diego Hidalgo y otras cien personalidades del mundo de las ciencias sociales y la tecnología han impulsado el Manifiesto OFF: un texto que busca concienciar acerca del gran impacto negativo que puede tener la tecnología sobre la humanidad.

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ondacero.es

Madrid |

Fuente: Daniel Putzer / Pexels

Con el paso de los años y el avance de la tecnología, hemos normalizado portar en nuestros bolsillos unos potentes microordenadores que demandan cada vez más nuestra atención: los teléfonos móviles y el universo de redes sociales que contienen definen en gran parte la forma en la que socializamos en el siglo XXI, marcado por una mayor conciencia sobre la importancia de la salud mental. ¿Afectan estas tecnologías a nuestra forma de relacionarnos y de sentir? ¿Qué riesgos tiene la extensión de una tecnología que ni siquiera entendemos del todo?

El manifiesto OFF, impulsado por el sociólogo Diego Hidalgo y apoyado por más de cien personalidades, no es muy optimista al respecto, y por ello busca despertar la conciencia sobre la capacidad de la tecnología de aprovechar las vulnerabilidades del ser humano. Con la llegada de la inteligencia artificial, estos riesgos se elevan hasta una dimensión de momento desconocida.

Una relación descontrolada con la tecnología

Hidalgo, en su entrevista en Por Fin, hace referencia a la dependencia cada vez mayor que el ser humano está experimentando con respecto a la tecnología, que está generando adicción en grandes sectores de la población. Para el sociólogo, este es "uno de los reflejos de una tecnología cada vez más sofisticada y potente". Para Hidalgo, el principal problema es que nos relacionamos de una forma cada vez más "descontrolada" con la tecnología, si bien el sociólogo es consciente de que estos avances pueden traer hallazgos útiles e interesantes para la sociedad.

El problema, subraya Hidalgo, no es la tecnología, sino "la vulnerabilidad del ser humano frente a esta tecnología cada vez más potente", que también se extiende hasta las instituciones, cada vez más indefensas frente a las sofisticación de la tecnología. Según sostiene Hidalgo, con las amenazas tecnológicas está sucediendo lo mismo que con el cambio climático: cada vez hay más consciencia de su relevancia y de su nivel de riesgo.

Las amenazas del presente

El sociólogo impulsor del manifiesto no duda que le deterioro de la salud mental de la población que se está registrando en los últimos años tiene que ver con este uso irreflexivo e impulsivo de la tecnología: además de hablar de "la relación directa entre ambos fenómenos", Hidalgo señala otros problemas derivados de la implementación indiscriminada de la tecnología: el desarrollo de armas autónomas - como drones-, la dificultad para acceder a una información veraz y el despliegue de un entramado de vigilancia mediante los dispositivos móviles que afecta tanto a las dictaduras como a los países democráticos.

Esta vigilancia mediante la tecnología requiere de un aprovisionamiento de los datos psicológicos y biométricos de la población, que las grandes tecnológicas buscan conseguir a toda costa: hace unas semanas, una empresa dependiente de OpenAI ofreció en España 70 euros a todas las personas dispuestas a escanear su iris y vender ese preciado dato.

El problema de la falta de concienciación

Hidalgo entiende que tanta gente - cerca de 360.000 personas- aceptó el trato debido a "una tendencia que los seres humanos tenemos en arbitrar siempre a favor del corto plazo en contra del largo plazo". Hidalgo interpreta que la gente piensa que "la recompensa vale la pena" porque no existe una alfabetización sobre lo que supone la venta de los datos personales.

"Se trata de abrir nuestro repertorio cognitivo, nuestra forma de pensar, nuestra identidad", afirma el sociólogo, que añade que esta información permite a terceros influir en nuestras decisiones "sabiendo mucho mejor quiénes somos y cómo nos comportamos".

¿Mayor regulación?

Por lo tanto, Hidalgo considera que "la educación es fundamental" para evitar que el ser humano pierda el control de la tecnología: de lo contrario, se generará una nueva "brecha digital" entre aquellas personas conscientes de los riesgos de las tecnologías y las otras que no dispongan de información al respecto.

Sin embargo, el impulsor del manifiesto señala directamente a las instituciones públicas y gubernamentales, pues considera que debería impulsarse una regulación en el sector tecnológico similar a la existente en el mundo farmacéutico o el juego. A pesar de que Hidalgo reconoce que ya hay medidas en marcha, "vamos a tener que tomar medidas muchísimo más ambiciosas", opina Hidalgo, que advierte de la inmensa capacidad de los algoritmos para influirnos.