Seis de cada diez españoles ven la sequía como el principal problema medioambiental del país. Para hacernos una idea, en España entre 2.000 y 3.000 personas viven escasez de agua durante un mes al año y se prevé que la población urbana mundial que sufre escasez de agua se duplique pasando de 930 millones en 2016 a 1700 o 2400 millones en 2050. Todo ello en un contexto de aumento de la población mundial que elevará entre un 20 y un 30% la demanada de agua e 2050
Son datos del último informe de la UNESCO que se ha dado a conocer esta semana en la Conferencia de la ONU sobre el agua 2023 celebrada en Nueva York. Allí se ha apremiado a los gobiernos e instituciones a acelerar su compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible sobre el acceso universal al agua y el saneamiento. Compromisos que no se están cumpliendo, lo que unido a las crecientes sequías y al cambio climático se estima que en 2030 casi la mitad de la población mundial va a vivir en zonas con estrés hídrico.
Un problema global
3/4 partes del territorito español están sometidas a estrés hídrico. Por nuestra situación geográfica, conocemos bien los episodios de sequía, el problema es que cada vez son más frecuentes, prolongados e intensos como también lo serán los periodos húmedos.
Nos espera un futuro de periodos extremos. Estamos inmersos en una de las mayores sequías de la última época. Actualmente el agua embalsada se sitúa en el 51%, mientras que la media de la última década a estas alturas del año estaba en un 64%, según datos de Transición Ecológica.
En 2022 las estadísticas fueron aún peor. La primavera comenzó con los pantanos al 44% y fue el tercer año hidrológico más seco en España desde que hay registros fiables. La situación es especialmente grave en Andalucía (la cuenca del Gualdalquivir está al 25% de su capacidad). Asimismo, la cuenca de Cataluña interna está al 27,2% de su capacidad. Un dato muy preocupante que ha llevado al gobierno catalán a decretar el estado de excepcionalidad hídrica.
Estas medidas se concretan en la limitación de 230 litros de agua por habitante y día, en la reducción de la dotación de riego agrícola en un 40%, la prohibición del uso del agua para el riego de jardines públicos o privados o la prohibición de la limpieza de calles y alcantarillado...con agua potable.
La sequía nos preocupa y estamos concienciados. Por eso, un 80% de los españoles ha modificado alguna práctica cotidiana para intentar frenar la crisis climática.
¿Cuáles son las causas de la sequía en España?
Entonces, ¿cuál es el problema? ¿La gestión de recursos hídricos? ¿La contaminación? ¿el cambio climático?
Jesús Carrera, hidrólogo y profesor del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC, asegura que las principales causas de la sequía en España son "la falta de lluvia y la contaminación". También apunta al cambio climático como causante de estas sequías anómalas, ya que este fenómeno "acelera los ciclos extremos".
"Nos tendremos que acostumbrar a vivir de esta manera. No estamos haciendo nada contra el cambio climático y revertirlo lleva tiempo, por lo que nuestra forma de vida tendrá que cambiar", señala.
Posibles soluciones
Carrera explica que lo que hace falta es "un importante cambio de cultura". "Hay que aprovechar mejor los periodos de humedad, ahorrar ese agua y utilizarla en los años más secos". El experto apuesta por "una gestión más sostenible del agua". "Gran parte del problema es que tenemos los acuíferos secos, por lo que en los años húmedos se deberían recargar", asegura.
¿Qué se está haciendo?
El Gobierno ha aprobado recientemente los Planes Hidrológicos de Tercer Ciclo para modernizar la gestión de recursos hídricos hasta 2027. Son los primeros que incorporan los escenarios de cambio climático.
Víctor Arqued, Subdirector General de Planificación Hidrológica del Ministerio para la Transición Ecológica, explica que estos planes persiguen "unos objetivos ambientales y socioeconómicos que van desde alcanzar un buen estado en las aguas hasta lograr una seguridad hídrica en los suministros".
Por un lado, están las "medidas normativas como la imposición de caudales ecológicos o la asignación de recursos, y por otro, las actuaciones específicas centradas en las inversiones de aquí a 2027"