La casa de la tradición, de la cultura y del amor al arte lleva el apellido Morente. Una casa donde ese arte no se aprendía, se respiraba. Y en el primer aliento, Estrella, ya parecía entonar y fluir como el agua que corre por su ciudad, por Granada. La ciudad de la Alhambra, de las acequias, una tierra que suena a buena copla, se baila en zambras y se lee en poemas lorquianos.
Una tierra que huele a naranjas, a recuerdos de infancia y vio nacer a la primera hija de Enrique Morente y Aurora Carbonell, dos animales escénicos, el león y el águila, que criaron a los herederos de su eterno quejío. La familia Morente son los ‘’obreros del arte’’ alimentados por la música que suena en sus adentros, en lo más profundo, son las raíces de esos naranjos, el agua que es vida y las fieras del flamenco.