Cuando se muestra una pieza de plástico que imita la forma de un ladrillo solo se viene un nombre a la cabeza 'Lego'. Juego de la infancia de muchas personas, estas piezas de construcción han ido evolucionando tanto que hasta se ha llegado a extrapolar muchos ámbitos. Un ejemplo de ello sería la First Lego League, una competición internacional de construcción de LEGO que está teniendo lugar en varias localidades españolas (Huelva, Ferrol, Burgos, Tarragona, Sevilla, Jaén…) y está dirigida a niños de de entre 6 y 16 años en etapa formativa. También ha tenido una adaptación en la gran pantalla con 'La LEGO película' en 2014 que cuenta la historia de una figura LEGO que tiene que salvar al mundo de un villano.
La historia de la compañía LEGO (LEg GOdt, jugar bien), convertida en mucho más que un juguete, se inició en 1932 por un carpintero llamado Ole Kirk Kristiansen, quien cambió los bloques de manera que escaseaban tras la II Guerra Mundial. En 1958, su hijo patentó un diseño de tacos y tubos que dio forma a lo que hoy conocemos. Actualmente, la compañía está dirigida por el nieto de Ole facturando más de 7 mil millones de dólares en 2021 con 20 mil empleados y 700 tiendas a nivel mundial. Además tiene una cadena de parques temáticos.
Las piezas lego ya no son un juego de niños, ha alcanzado un nivel que crea una nostalgia y unas prestaciones que los adultos se unen a la utilización, llegado a adquirir un calificativo que los identifica como AFOL, que en inglés significa Adultos Fan de Lego. Este el caso del vicepresidente de la asociación 'ALE!' (Asociación Cultural de Aficionados a las Construcciones LEGO en España), Antonio Tebar, y un gran coleccionista de piezas lego, Fructuoso García.
"Ahí fue mi perdición"
Antonio Tebar cuenta su historia de la que "llega tarde", en el 2004, cuando su hijo nacido en el 2002 empiezan a regalarle LEGO, más concretamente un modelo de un AT-ST de Star Wars del que asegura "ahí fue mi perdición". Por otra parte, García empezó cuando fue a una nave industrial y una señora le regaló "una cajita pequeña con piezas de LEGO" algo que, recalca, "ahí ya se destapó la caja de Pandora y a raíz de ahí ya LEGO, LEGO Y LEGO".
Esta afición por los LEGO puede llegar a un gran nivel como García que tiene cajas "muy, muy antiguas" con algunas que datan "hasta del año 85, 88, 89" que lo guarda "totalmente precintado, he cambiado toda la iluminaria de mi casa con luz de led para que no se destruyan todos los colores y luego, entre piezas y sets, unos 2 mil kilos" que están agrupados en cajas en su sótano del que, comenta, "160 metros para mí solo". Además, todo este número de piezas, calcula, puede "haber gastado 18 o 20 mil euros entre piezas y sets", aunque en su casa "son todos como yo, en mi casa somos cuatro y hacemos lego. Mi mujer cogió la línea de arquitectura, mi hijo está conmigo con todo el tema de City y Ninjago, y mi hija antes hacía friends" que consume un tiempo "relativo" porque "nos bajamos abajo y podemos tirarnos tres horas o alomejor nos tiramos una semana con 10, o una semana con 1 hora. Depende ya de cada uno de su trabajo y de sus cosas". A su vez, Tebar ironiza sobre el precio que tiene su colección de LEEGO afirmando: "no lo sé ni quiero saberlo, y en público, aunque lo supiera, no lo diría porque me echan de casa".
LEGO como colchón para la jubilación
"No es jubilación de voy a vivir a 'cuerpo de rey'" pero si se utilizan "cajas especiales" las cuales "se han revalorizado una vez que ya se descataloguen de LEGO bueno, pues se pueden hacer ahí sus cositas", explica García. Sin embargo, Tebar piensa que "la cuestión es qué consideremos una buena venta" porque, aunque algo cueste 3000 euros, "hay que encontrar quien me pague esos 3000 euros".
A su vez, el vicepresidente de 'ALE!' distingue entre dos tipos de personas con los legos, hay algunos como ellos que lo hacen "por afición, aunque acumulas" y "nos puede el ansia viva", pero otras personas "se dedica más a comprar para revender" donde "hay gente que se dedican a presionar a los que venden" para que lo dejen más barato.