Francisco Javier Barbado lleva toda la vida ejerciendo como médico en el Hospital Universitario La Paz. Por sus manos han pasado cientos de pacientes. Todos se han sometido a su lupa del diagnóstico. "Cabeza grande, frente ancha, nariz ensillada, pómulos grandes. Es un caso clínico de acondroplasia". Podría ser de un paciente actual, pero no lo es. Colgó su bata recientemente, aunque no le gusta decir que está jubilado.
Ha cambiado los pasillos del hospital por las salas del Museo del Prado y sus pacientes por los personajes de los cuadros. Su "ojo clínico" no falla. Ni siquiera con las obras de Goya y Velázquez.
Ha pasado consulta durante dos años y ha llenado decenas de libretas con sus observaciones. No hay duda. Los personajes del Prado tienen enfermedades. ¿Quieres saber cuáles? Nos lo cuenta en 'Por fin no es lunes'. Nos dice que su pasión por el arte viene desde "hace décadas".
"En los médicos de los cuadros, hay una tradición en medicina humanística muy importante. Existen antecedentes y una bibliografía extensa", comenta.
Nos explica cómo comenzó visitando el museo: "Al principio lo hacía con una frecuencia de un día o dos a la semana. Iba con la libreta tomando apuntes. Lo que hacía era ver diez cuadros, porque no puedes entrar al Prado y ver todo a la vez. Hay que ir de una manera selectiva. Para mí eran mis pacientes".