El pasado 3 de marzo, el ataque de Rusia a la central nuclear de Zaporiyia hizo reavivar un temor que parecía que ya estaba superado: el de las armas nucleares. Las centrales de Ucrania suministran alrededor del 20% de la energía eléctrica del país, pero también el 50% de la energía nuclear. El miedo a un nuevo desastre como el ocurrido en Chernóbil, hace casi 36 años, planeó durante unos momentos. El ataque a una central nuclear en el marco de un conflicto bélico es algo no habíamos visto.
Por otro lado están las armas nucleares que tienen algunos países como parte de su arsenal defensivo. Se estima que, en términos globales, se invierten 116 mil millones de dólares anuales en su mantenimiento y modernización. Dicha cifra es el importe necesario para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible 2030 de la ONU.
¿Qué diferencia hay entre central nuclear y arma nuclear?
Carlos Umaña, copresidente de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear y miembro de la dirección de ICAN, 'Campaña Internacional para la abolición de las Armas Nucleares', que fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2017, explica en Por fin no es lunes que actualmente "el mundo está reconsiderando todo lo que tiene que ver con la palabra nuclear". Afirma que es importante separar centrales nucleares de armas nucleares: "Si bien, cualquier accidente en alguna de las 15 reactores de Ucrania podría repercutir en Europa y en el Mundo, cuando hablamos de guerra nuclear, hablamos de una amenaza existencial para la humanidad".
Asegura que las centrales son muy vulnerables y se está viendo lo peligrosas que son. El hecho de que Putin las esté usando como armas para generar "un arma nuclear sucia" es algo que todo el mundo consideraba "impensable y una de las muchas líneas rojas que ha cruzado" el ruso.
¿Qué países tienen armas nucleares y cuáles no?
Una ojiva o cabeza nuclear es la "parte de un arma nuclear en la que se encuentran el explosivo nuclear y los mecanismos que lo activan. Para ser empleada, requiere un vector de lanzamiento". Es la definición que da el diccionario nuclear de la Sociedad Española Nuclear.
El arsenal mundial total es de 12.700 ojivas nucleares, de las cuales el 90% las tienen Rusia (6.000) y EEUU (5.800). Luego, hay otros países que también tienen este tipo de armamento: Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte. Ucrania y Bielorrusia tuvieron arsenales cuando formaron parte de la Unión Soviética, pero los cedieron a Rusia cuando se deshizo la URSS. En Kazajstán sucedió una situación similar mientras que Sudáfrica, que sí tenía armas nucleares, las desmanteló.
¿Cuál es el poder de las armas nucleares?
En 1970 se aprobó el Tratado de No Proliferación Nuclear al que se sumaron varios países. Sin embargo, este se ha ido prorrogando porque no se ha hecho efectivo. Consistió en el hecho de que no existiesen países con más armas nucleares y que aquellos que sí las tenían, se deshiciesen de ellas. "Esto no funcionó porque el mismo tratado creó un apartheid nuclear con diferentes condiciones para los países nucleares y los no nucleares y creó privilegio para los países nucleares", explica Umaña. "Cuando llegamos al fin de la Guerra Fría -un buen momento para el desarme nuclear-, no se hizo porque las armas nucleares gozaban de un lugar privilegiado en la doctrina de seguridad de los países y en el imaginario mundial", asegura.
El poder de las armas nucleares reside en la retórica, en la amenaza que hay a que se puedan usar. "No son prácticas porque no están hechas para destruir objetivos militares, no se pueden controlar sus efectos porque no respetan fronteras, así que usarlas sería un acto suicida porque derivaría en una guerra nuclear", asegura Umaña. El problema de Putin en la guerra de Ucrania es que está usando las armas para amenazar, lo que significa que el poder que tienen este tipo de armas nucleares radica en la palabra, en lo retórico. En conclusión, para llegar al desarme nuclear y quitarnos la amenaza de encima, "tenemos que deconstruir este símbolo, estigmatizarlas y verlas como lo que son, además de prohibirlas".
¿Por qué los países se resisten a desmantelarlas?
Umaña explica que en 2017 se elaboró un Tratado de Prohibición de Armas Nucleares -por el que se les dio el Premio Nobel de la Paz-, apoyado por la gran mayoría de la comunidad internacional (no España ni los países de la OTAN). El presidente Sánchez se comprometió a firmarlo en 2018, pero finalmente fue "bloqueado". Según explica, este tratado supone la vía de la estigmatización, como ya se hizo en su día con las armas de destrucción masiva o las bombas de racimo.
El tratado confronta a los países ante una posición: las armas nucleares o son aceptables o no. "Si no lo firmas es que dices que las armas son aceptables, es aceptable lo que causan y al no firmar, está diciendo que está de acuerdo con todo esto", afirma.