El estilo de vida y los hábitos alimenticios que se adquieren durante la niñez son decisivos en la edad adulta. Tanto es así que la esperanza de vida de la próxima generación será menor que la nuestra debido a la obesidad y al sobrepeso infantil.
El 34% de la población entre ocho y dieciséis años tiene sobrepeso u obesidad en Europa. Los países del norte parece que consumen más alimentos saludables, mientras que España, Italia y Grecia tienen los niveles más altos de exceso de peso.
A largo plazo las complicaciones pueden llegar a ser graves, vinculadas con la diabetes, enfermedades cardiovasculares o ciertos tipos de cáncer. Pero no solo hablamos de la edad adulta, también se están detectando problemas a edades muy tempranas, entre los ocho y diez años.
Idoia Labayen es docente en la Universidad Pública de Navarra y directora del equipo de investigación ELIKOS en el cual realizan proyectos relacionados con la obesidad infantil. "Hace veinte años que estamos avisando que la incidencia de obesidad es muy alta entre los niños y esto influye en la esperanza de vida. Cada vez empieza un poquito antes y esto hace que pasen más años de su vida con obesidad y que los problemas se precipiten", manifiesta.
La obesidad infantil ha sido considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una epidemia global y como uno de los factores de riesgo más preocupantes para la salud humana en las próximas generaciones. La investigadora afirma que la primera causa de mortalidad en estos momentos son las enfermedades cardiovasculares, por encima del cáncer. "Si aumentamos la incidencia en enfermedad cardiovascular vamos a reducir la esperanza de vida", indica.
¿Qué es la esteatosis hepática?
La esteatosis hepática es una de las complicaciones que más preocupa. Labayen nos lo explica: "Hace unos diez años empezamos a observar que aparecía lo que es hígado graso, es decir, la esteatosis hepática es la acumulación de grasa excesiva en el hígado. El 25% de los adultos tiene el hígado graso y es la primera causa de trasplante hepática. Lo más alarmante es que tenemos un montón de niños con el hígado graso. Estimamos que un 35% de los que tienen sobrepaso tienen esteatosis hepática".
La alimentación y el ejercicio físico, claves para combatir la obesidad infantil
La investigadora cuenta que la aparición de este problema está muy asociado a la alimentación, sobre todo al consumo de azúcares, y al sedentarismo. "Hicimos un trabajo hace un par de años en el que veíamos que solo haciendo ejercicio tres días a la semana conseguíamos reducir la grasa en el hígado en un 20%", sostiene.
"Hemos cambiado los parques y los patios por pantallas de ordenador, por el móvil o la televisión. Esto hace que los niños se muevan muy poquito. Hay que pensar en un entorno saludable que favorezca el movimiento", comenta.
Idoia Labayen insiste en la necesidad de una formación en hábitos saludables, aunque esto también requiere un gasto económico por parte de las familias: "Hay que facilitar que todas las familias tengan acceso a una alimentación saludable. Lo mismo ocurre con la actividad física, porque hay muchos padres que no pueden pagar el deporte a sus hijos".