El teatro Infanta Isabel de Madrid presenta Muerte de un viajante, una obra de Arthur Miller protagonizada por Imanol Arias, que interpreta a Willy Lomande, de la mano de su hijo Jon Arias que precisamente encarna al hijo de Lomande.
Imanol y Jon: el equilibrio perfecto
"Cuando le veo frente a mí, lo que veo es un amor enorme y a un inmenso actor que logra emocionar al publico", ha manifestado Ariasalabando la figura "calibradora" de su hijo: "No está loco como yo porque no ha antepuesto su trabajo a todo lo demás", ha añadido. Y lo cierto es que, aunque Imanol se define a sí mismo como un padre "presente", reconoce no haber sido activo". En cualquier caso, ha sido tajante a la hora de afirmar que solo confía plenamente en su familia, cuestión que en eta ocasión, le facilita la labor actoral porque su hijo Jon "representa eso: la familia".
Sin embargo no siempre lo tuvo tan claro: "al principio tuve algún reparo, pero el señor Malkovich y Juan Echanove me dijeron que en realidad ese podía ser el motivo más importante para realizar la función porque esa es su esencia".
Superando sus propios límites
Imanol ha afrontado momentos complicados hasta llegar a comprender el motor de esta función. El acelerado ritmo de trabajo le estaba impidiendo disfrutar de su oficio, fundamentado en el juego, y eso le pasó factura. "Creo que no calculé bien y llegué a mi límite", ha explicado antes de apuntar que desde hacía un tiempo tenía una pesadilla recurrente: soñaba que se quedaba en blanco en durante una función en el abarrotado Teatro Arriaga. "Creo que eso simbólicamente significa que estás muerto", ha comentado al respecto.
Así pues, Arias hubo de parar, desconectar unos días para, ya sí, retomar la función a pleno rendimiento y de acuerdo al agitado ritmo intrínseco al texto original. "Es la primera vez que una compañía de teatro privada hace la versión completa de Muerte de un viajante y dura menos que las versiones incompletas anteriores", bromeaba al respecto.
La belleza del oficio del actor
En cualquier caso, Imanol Arias ha transmitido su alegría y su pasión por el oficio del actor. Concretamente, Arias elogiaba la magia del teatro: "Hacer teatro es lo mejor que le puede pasar a un hombre", ha manifestado. Y es que, explicaba el actor, "el teatro sí te permite vivir como un artista", una vocación que descubrió gracias a Juan Diego, un actor español que "después de cada función se tomaba su whisky". "Entonces descubrí que no había nada mejor en el mundo que cumplir sesenta años ponerte tu traje de artista y caminar por la vida", ha declarado.
Del mismo modo, Imanol reconocía su buena fortuna y que, por eso, le ha gustado escudarse en los personajes que interpretaba. "¿Cómo explicas que tienes suerte y que, aunque nunca has sido el mejor en nada, la gente ha pensado en que sí en algún momento?", se cuestionaba. La retórica de la pregunta nos impide responder a un actor que con su buen trabajo se ha labrado un camino de éxito por el que continúa transitando; quizá porque supo "jugar" y "aproximarse al niño" que le dio la clave de la buena interpretación o quizá por puro talento. En cualquier caso, emocionas saber que podremos ver a más personajes en la piel de Imanol Arias.