La de Emilio Escribano podría ser la historia de cualquier cómico español. También podría ser la de Joaquín Reyes, creador de este personaje, aunque dice que no es "auto-ficción". Escribano es el protagonista de 'Subidón', la primera novela del cómico manchego que viene a Por fin no es lunes a presentarnos su libro y repasar su carrera, la de un cómico de éxito al que todavía le dura el subidón.
"Lo peligroso no es el éxito en si sino lo que uno hace al conseguirlo". Al protagonista le afecta la fama y, según nos cuenta el autor, lo fácil es caer en la tontería de creérselo. Emilio pierde los papeles y entra en bucle de culpa y justificación. Una reflexión que conforma gran parte de la novela.
¿Cómo le afecta la fama?
En la vida real, Joaquín Reyes no se ve sobrepasado por la fama: "es que la mía es de andar por casa, de poder viajar en transporte público y observar a la gente". Asegura que la mejor forma de aprender a dialogar es escuchar cómo habla la gente.
Afirma que cuando la gente se le acerca por la calle es amable porque, en general, a los cómicos les muestran "mucho cariño": "Es verdad que a veces la gente comete torpezas y se ponen nerviosos. Te dicen que eres más gracioso en la tele, que qué serio eres y estás comprando actimeles, o a veces me encuentro con alguien en un ascensor y me dice que no haga un monólogo de eso y pienso 'ni aunque quisiera'".
¿Se puede hacer humor hoy en día?
Respecto a los que piensan que hoy en día ya no se puede hacer humor sobre casi nada, Joaquín Reyes lo tiene claro: "In my opinion -como diría Iván Redondo- el humor no está viviendo un mal momento. La gente sigue demandando humor porque es algo que une. Es verdad que la sociedad ha evolucionado y ya hay cosas que no nos divierten, pero no hay que llorar por eso".
"Todo lo que haces en la vida, está cargado de ideología, pero tienes que ser responsable de tu discurso. El humor es una forma de hacer llegar un mensaje. Se puede hacer todo tipo de humor y no me siento de repente con la obligación de hacer nada", afirma.