La premisa de la política es resolver, sin embargo, podemos afirmar que existe un desencanto real con la forma de gestionarla. Según los últimos datos del Eurobarómetro, el 90% de los españoles desconfía de los partidos políticos, casi el 80% del Congreso de los Diputados y más del 70% recela del Gobierno. Es una situación paradójica porque, como ha expresado José Antonio Marina, ''entregamos gran parte de nuestra libertad a unas personas de las que desconfiamos''.
A pesar de ello, necesitamos la política, pero hay que cambiar la manera que tenemos de entenderla. El investigador reflexiona sobre una tradición, dice, equivocada ''que ha identificado la política con la toma y el mantenimiento del poder, cuando la gran política es la que se encarga de resolver los problemas de los ciudadanos''. Bajo esta premisa la gran habilidad de los gobernantes tendría que ser su capacidad para ''convertir los conflictos en problemas'' y los gobernados deberían entender su lugar en la política, porque, sentencia Marina, ''políticos somos todos''.
En su nuevo trabajo, ''Historia universal de las soluciones'', plantea una Academia del Talento Político enfocada a toda la población, tanto a los que dirigen, como a los que son gobernados. Para que exista un verdadero diálogo político y dejar de distinguir entre sociedad civil y política, reconociendo cuál es nuestra parcela de poder.
