En el mes de mayo de 2020 empezamos a vivir nuevas primeras veces. Volvimos a pisar la calle, volvimos a ver a nuestros familiares,… Y, el 5 de mayo, tras dos meses confinados, los deportistas volvieron a entrenar.
Fue la primera vez pudieron practicar su deporte. Y para él, como para muchos deportistas de élite más, fue la vuelta a las instalaciones en las que entrenaba, con sus caballos y su entrenador. El día no pintaba demasiado bien, pero tenía que volver porque el objetivo de los Juegos Olímpicos estaba en un horizonte muy cercano. Como no estaba a gusto, decidió acortar el entrenamiento. Al bajarse del caballo, se desmayó, y la vida que conocía hasta entonces, cambió
Ese 5 de mayo empezó un nuevo reto, el de la recuperación. Duró dos meses, aunque se pasaron lentos, como si hubieran sido dos años. La idea de los Juegos Olímpicos no la había perdido, estaba ahí, en su conciencia. Su primer pensamiento al salir del coma fue “¿dónde están los caballos?”, pero, su verdadera olimpiada, fue el tiempo que estuvo en el hospital. Salió de allí en julio de 2020.