Julen tenía un sueño, él quería ver un partido de su adorado Athletic de Bilbao en su templo, en el San Mamés. Un día mientras entrenaba en el gimnasio conoció a Inmaculada Martínez y le contó este sueño. Y ella, al más puro estilo de hada madrina, se lo concedió. Julen iba a ir al San Mamés para ver un derbi.
Pero durante su visita le templo rojiblanco Julen recibió otras sorpresa, pudo hablar con los jugadores después del partido y hacer un tour por el estadio.