Martín Berasategui ha dedicado su vida a su pasión: los fogones. Al cumplir los 12 años supo que quería llegar a ser cocinero, a pesar de toparse con la negativa de su familia. Y hoy, a sus 60 años ha visto su sueño cumplirse día tras día. Una vida volcada en satisfacer a sus comensales, porque considera que la profesión se define como un "transportista de felicidad".
Gran parte de culpa de esa felicidad en boca que disfrutan en su comedor la tienen su madre y su tía, quienes hicieron crecer su amor y su respeto por el producto. Esa es la base de su cocina, junto a una cocina de vanguardia.
¿Las claves? Esfuerzo, constancia, trabajo en equipo, y, sobre todo, mucho 'Garrote', una expresión muy utilizada por él y cuyo significado es la "fuerza y arranque" que hacen falta en la cocina.
Martín Berasategui brilla con sus 12 Estrellas Michelín y sus 10 Soles y, tras un cierre total de sus restaurantes, vuelve con nuevos platos y más creatividad y ganas que nunca. En Por fin no es lunes, Berasategui nos cuenta cómo se encuentra tras el confinamiento, cómo ha vivido esta situación, y con él repasamos su deslumbrante trayectoria hasta el día de hoy.