Teniendo en cuenta que todos los seres humanos somos grandes generadores de contextos podríamos transformar el mundo, si nos lo proponemos. Hacer que pasen cosas distintas, porque tenemos todas las capacidades posibles, algunas más desarrolladas que otras, incluso la de ser líderes.
Mercè Brey asegura que el liderazgo es un tipo de energía y vibramos con los demás, por eso hay que pararse a pensar ¿cómo nos proyectamos al mundo? A un mundo que está cansado, insatisfecho y desmotivado. Que parece ser de oportunidades perdidas, visiones dispares sobre lo que hemos avanzado, o no, en materias como la igualdad y que está rodeado de una falta de compromiso difícil de procesar.
Hoy en Por Fin No Es Lunes nos paramos y reivindicamos el equilibrio para cambiar el mundo. La convivencia entre Alfa y Omega como hacen los lobos, dentro de una tercera esfera que Mercè Brey quiere construir en esta sociedad para llegar a un espacio en el que el respeto, la confianza y la imparcialidad sean pilares fundamentales. Donde nos demos permiso a no hacer nada y a trabajar el hemisferio derecho de nuestro cerebro, ese gran olvidado que es el que nos hace sentir bienestar.