El ritmo de vida actual y la necesidad constante de sacar rentabilidad al tiempo nos empuja al agotamiento crónico.
El último informe de la consultora 'Gallup' sobre el empleo en 2023 arroja datos históricos: el 44% de los trabajadores se sienten estresados. Una cifra récord que nunca se había dado.
Es lo que muchos expertos llaman 'La era del agotamiento'. Pero, ¿cómo hemos llegado a esta situación? y ¿tiene remedio?
El filósofo Eudald Espluga ha intentado buscar las respuestas a estas preguntas en su libro 'No seas tú mismo. Apuntes sobre una generación fatigada'. En él investiga por qué los millennials están tan cansados y qué herramientas tienen para solucionarlo.
Eudald explica que es consecuencia de muchos factores. Se trata de "un cansancio estructural" que va mucho más allá de casos particulares.
"Estas lógicas productivas de ser tan eficientes y escalar en todos los ámbitos de la vida nos llevan a 'empresarializar' nuestra existencia. Nos convertimos en empresarios de nosotros mismos", señala el experto.
Esto se traduce en una sensación generalizada de "incapacidad para hacer las cosas". No es solo un cansancio físico, sino una incapacidad para poder hacer las cosas porque estamos bloqueados.
¿Y cómo hemos llegado hasta aquí? El filósofo explica que esta situación parte de "muchas transformaciones estructurales" que, sobre todo, a partir de los años 90 se han consolidado.
Actualmente, la sociedad sufre varios tipos de fatiga:
- Fatiga económica constante: el modelo económico actual, mucho más privatizado, carga sobre los individuos el peso de toda la economía y les responsabiliza de sus propios fracasos.
- Fatiga democrática: falta de confianza en el sistema representativo.
- Fatiga teórica: desconfianza en un modelo académico que nos ha llevado donde estamos.
- Fatiga climática: nos encontramos en un momento inédito en el que en nuestro horizonte hay una falta de futuro.
En el libro de Eudald Espluga se desmonta el mito de que el cansancio generalizado es propio o singular de una generación porque las causas afectan a toda la sociedad. No obstante, el filósofo señala que "sí hay un hecho diferencial". La generación millennial entra en el mundo laboral después de la crisis de 2008 y todos estos factores de una falta de horizonte, dificultad para acceder a la vivienda, trabajadores 'pobres' que a pesar de tener un salario siguen estando bajo el umbral de la pobreza explican que haya más problemas de salud mental y un cansancio generalizado en toda esta generación.
Además, los millennials cargan con el estigma de ser percibidos como una generación de cristal o frívola porque han tenido más oportunidades. Nada más lejos de la realidad.
Con este horizonte tan negro, ¿hay alguna esperanza para esta generación "agotada"? Espluga cree que sí. Apuesta por "empezar a ver modos en los que podemos superar este agotamiento. Utilizarlo como palanca para transformar las cosas y enfrentarse a las lógicas neolibrales que llevan a los jóvenes a esta situación". Y en otros países, como Estados Unidos, los jóvenes ya han empezado a actuar con movimientos como 'La gran renuncia' contra las condiciones indignas y opresivas de trabajo.