Una ola de 10 metros tiene casi medio millón de toneladas de agua y se mueve a 100km/h. Como resultado de esto, se produce una explosión de agua que es capaz de hundir a un surfista a 5 metros de profundidad perforar sus tímpanos o producir lesiones en sus extremidades.
La playa de Nazaré, en Portugal, se encuentra dentro de la ruta de las olas gigantes. Una serie de lugares donde, por su geografía, se producen olas de más de 20 metros.
Natxo González es un chico de 27 años vive en esas alturas de vértigo. Con tan solo 7 años, utilizó todos sus ahorros para comprarse su primera tabla de surf y empezó a dominar todas las olas del País Vasco. Con 17 le invitaron al torneo de grandes olas en Chile y con 20, se convirtió en el surfista más joven de ese circuito.
El mar le ha dado muchos éxitos, pero también un aviso. En 2021 sufrió dos conmociones cerebrales en menos de un año.
Pese al riesgo, Natxo asegura que "coger olas" es lo que más le gusta hacer en la vida. Explica que el miedo acaba desapareciendo con la experiencia y la "confinaza": "llega un momento que los límites los llevas a otro nivel".
El surfista español ha conseguido acceder a la élite del surf mundial de olas grandes, y lo ha hecho con una modalidad que consiste en "remar las olas directamente con los brazos para luego surfearlas".
"Surfeamos olas muy grandes de 10 o 12 metros y por muy loca que parezca la situación, dentro de esa locura hay un cálculo brutal", señala Natxo. "Tenemos la capacidad de leer perfectamente la ola para no fallar", añade.
El joven tiene claro cuál ha sido la ola que más ha marcado su carrera: "la ola de mi vida fue en el campeonato del mundo de Nazaré", asegura.