Que una empresa familiar siga abierta siempre es una buena noticia. Sobre todo si lleva abierta 250 años.
Thomas Osborne Mann se estableció en Cádiz y empezó a comercializar con vino. Allí se enamoro de Aurora Böhl de Faber, que jugó un papel esencial en la historia de las bodegas ya que, en el momento en que se queda viuda estas no pertenecen solo a los Osborne. Es ella la que en 1850, y con tres hijos menores a su cargo, decide comprar su parte al otro socio y hacerse con el control total de la marca.
El origen de esta bodega jerezana es inglés por culpa del pirata Francis Drake, que saqueaba la Bahía de Cádiz y volvía a Inglaterra, entre otras cosas, con los barcos cargados de barriles de vino. Así se popularizó en Inglaterra.
Rocío Osborne es directora de comunicación de las Bodegas Osborne y forma parte de la sexta generación de la familia.