Pablo Garrido Barros es un investigador convencido y optimista. Con una carrera en el mundo científico centrada en temas medioambientales y energéticos dentro del campo de la ingeniería química inorgánica. Tuvo la oportunidad de desarrollarse en centros tan punteros como el Instituto de Investigación Química de Cataluña y el Instituto Tecnológico de California, donde estuvo cuatro años investigando. Incluso, llegó a tener la oportunidad de quedarse en Estados Unidos, pero decidió volver a España.
Ahora está dentro del programa de becas Ramón y Cajal en la Universidad de Granada y se encuentra trabajando en una investigación que podría tener la clave para abastecer a un mundo cada vez más poblado. Se estima que para el año 2050 la población mundial supere los 10.000 millones de habitantes y teniendo en cuenta que según el último informe, ’’El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’’, divulgado por Naciones Unidas el hambre afecta a 735 millones de personas. Cabe esperar que el reto sea aún más complicado y las preguntas más grandes: ¿cómo vamos a abastecer a un mundo cada vez más poblado?
Con personas como Pablo Garrido Barros, convencidas. Su idea es democratizar los fertilizantes y cambiar la forma actual del desarrollo de los mismos. Hoy en día el amoniaco necesario para crear estos fertilizantes se obtiene del nitrógeno y de combustibles fósiles, el investigador granadino busca utilizar la luz solar y el agua. Así conseguiría reducir la huella de carbono y cambiar el paradigma de la industria, expandiendo esa energía solar a todos los productos químicos que necesita la sociedad. Porque su investigación se puede aplicar a diferentes procesos como la síntesis de medicamentos, la generación de combustibles o la descontaminación. En Por Fin No Es Lunes nos ha contado en detalle cómo es esta investigación y cuáles son los pasos que tenemos que dar hacia un mundo más sostenible y renovable.