La peseta nos acompañó durante 125 años. Se creó por primera vez en octubre de 1868, pero no se puso en circulación en 1869 hasta el 2002. En noviembre de 2019 se hizo un cálculo de que aún quedaban por canjear el equivalente a 1.600 millones de euros en pesetas en nuestro país.
Rafael Feria, Director del Museo de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, nos cuenta que probablemente estas monedas estarán "en frascos", "perdidas por los cajones" y "muchísimas miles de piezas en manos de turistas".
Feria se encargó de organizar el evento de despedida de la peseta en el 28 febrero de 2002. "El operativo de poner en funcionamiento los euros conllevó tambien la retirada de milis y miles de monedas y billetes que tenían que ser reciclados, y no es fácil reciclar estas monedas", indica el director.
Los coleccionistas de pesetas
Todavía hay gente que conserva monedas y billetes de peseta para su colección privada como José Luis Capel que empezó a coleccionarlas "de casualidad". "Mi madre coleccionaba las pesetas en un bote y me pegó ese halo romántico que siempre ha rodado a la peseta".
"Tengo billetes de la república, la recesión de la tuberculosis o una moneda de 50 pesetas de la dictadura que valía más la moneda que su valor real", comenta el coleccionista.
La memoria de la peseta contra el Alzheimer
También, la Fundación Pasqual Maragall se han propuesto que la despedida de la peseta sea positiva y que todas esas moneda que tengamos por casa se donen para la investigación contra el Alzheimer.
Arcadi Navarro es el director Ejecutivo de la Fundación y nos explica que esta iniciativa nace de "darle un destino mucho mejor a esas pesetas que en convertirse en conductos de aire acondicionado". "El sentido es utilizar la memoria de las pesetas para combatir la pérdida de memoria que representa esta terrible enfermedad".
Hoy es el último día para depositar fisicamente en las huchas de las tiendas Yoigo y MASlife de todo el país las pesetas que tenemos, aunque también se pueden hacer donativos en la web de la Fundación.