Nos es bastante fácil identificar manías o acciones que hacen que otra persona no sea de nuestro agrado, pero ¿qué pasa si esas cosas las vemos en nuestros hijos? Ah, entonces la cosa cambia. Es nuestro hijo, independientemente de lo que haga nos tiene que caer bien…¿verdad?
Sara Tarrés, psicóloga infantojuvenil, tiene otra teoría. Porque sí, nuestro hijo nos puede caer mal. Nuestro hijo es una persona, igual que los demás y puede hacer cosas que nos desagraden y que hagan que nos caiga mal. La teoría es fácil, entonces, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar que nuestro hijo nos puede caer mal en algún momento de nuestra vida?