Rodolfo Sancho es un habitual en nuestras ficciones, ha sido viajero en el tiempo, ha nadado en un Mar de Plástico, incluso ha llegado a ser rey, encarnando a Fernando el Católico. También se encuentra cómodo en el cine, donde ha llegado a ser un asesino muerto en ‘’Pacto de Brujas’’, un villano en el reciente thriller ‘’La piel del tambor’’ y ahora, sin ser la primera vez, un policía: el comisario Javier Gallardo en Delfines de Plata.
Su padre, Sancho Gracia, era otro grande de la escena y sobre él nos ha contado, en Por Fin No Es Lunes, que ''era un maestro del cómo vivir''. Rodolfo Sancho observaba la forma en la que su padre manejaba los tiempos vitales y se ha quedado con esa idea de disfrutar de la vida, también en la profesión con personajes que siempre tienen su toque personal.