En el año 2020 a Virginia Torrecilla le encuentran un tumor cerebral por el cual tuvo que enfrentarse a casi un mes de radioterapia y quince sesiones de quimioterapia, además de la extirpación de ese tumor encontrado en el cerebelo. Ella tenía veinticinco años y llevaba desde los diez haciendo deporte, vinculada al fútbol.
Cuando entró al departamento de oncología lo primero que recuerda son las palabras de la doctora diciéndole que gracias a ser deportista su cuerpo asumiría mejor la quimio. En la primavera de 2021 consigue superarlo y poco a poco recupera las ganas de entrenar, pero su vida vuelve a pararse dos meses más tarde cuando un accidente de tráfico deja a su madre en silla de ruedas.