En Por fin no es lunes en Esto te va a sonar rescatamos una copla de Rafael de León que esconde la historia de Luis Candelas, uno de los míticos bandoleros españoles. Nació en el barrio madrileño de Lavapiés y comenzó sus fechorías cuando tenía 15 años. Pertenecía a una familia acomodada y le llevaron a un buen colegio. Pero de poco le sirvió, porque a él lo que le tiraba de verdad era la mala vida.
Su imagen y su comportamiento distaban mucho de la de un delincuente común. Era bien parecido y tenía buen porte. Vestía capa negra, fajín rojo, buen calzado y sombrero calañés. Era culto, tenía buenos modales y jamás se manchó las manos de sangre. Planeaba sus golpes meticulosamente y llegó a utilizar más de doscientos disfraces diferentes para cometer sus robos. Era un maestro en esfumarse tras sus fechorías. Y gracias a los sobornos llegó a escaparse de la cárcel hasta en seis ocasiones.
Su fama entre las mujeres era extraordinaria. Luis Candelas era un auténtico donjuán. Hubo una época en que se dedicó a conquistar mujeres y a vivir de ellas. Se sabe que tuvo tres mujeres: Manuel Sánchez, Lola La Naranjera y Clara, que acabó siendo su perdición ya que se negó a escapar con él a Inglaterra.
Este bandolero dio golpes muy sonados, pero también cometió errores. Dos muy importantes: asaltó la diligencia del embajador de Francia y le robó, además de joyas y dinero, documentos confidenciales. Y lo que fue peor, robó en la casa de la modista de la reina regente. Este último error le costó la vida, ya que fue condenado a pena capital y ejecutado con el garrote vil en la Plaza madrileña de la Cebada.