Alfonsina Strada era milanesa, es decir, de Milán, Italiana y es conocida como la primera mujer en competir en carreras ciclistas exclusivas de hombres, incluida el Giro de Italia. La primera bicicleta se la regaló su padre. No os imaginéis una bici rosa con cestita envuelta con un lazo, a estrenar. Era un cacharro que el padre, hombre de pocos recursos, había conseguido cambiándola por algunos pollos. Alfonsina aprendió a montar en bicicleta a los 10 años y a los 13 años ya se estaba presentando a varias carreras de bicis a escondidas de sus padres. Como las carreras eran siempre en domingo, ella les decía que iba a misa y se marchaba a competir. Claro, la mujer volvía de misa agotada. Cuando se enteró la madre se lio bien gorda.
Literalmente le dijo que si quería seguir con la bicicletita… en competiciones… o se casaba o se iba de casa… o, mejor aún, las dos cosas a la vez. Así que se casó. Con 14 años.
"Si quieres seguir montando en bici, o te casas o te vas de casa"
La bicicleta nueva se la regaló su marido que se convertiría en su primer entrenador, seguidor, manager, fan… un poco de todo. En dos años se mudaron a Turín por ser una de las pocas ciudades donde el ciclismo femenino no estaba mirado como un insulto. Esto no significa que las mujeres pudieran competir contra los hombres. Lo que quiero decir es que en Turín tenían algunas competiciones femeninas. Y no estaba mal teniendo en cuenta que hablamos de 1907. En poco tiempo ya tenía el título de “Mejor ciclista italiana”. Compitió también en aquella época fuera de Italia. Es mítica la carrera de San Petersburgo en 1909 donde recibió una medalla del mismísimo Zar Nicolás II
Luego vinieron muchos premios y récords, también a nivel mundial y en plena Guerra Mundial decidió que quería competir en el Giro de Lombardía, así que se plantó en la redacción del diario La Gazzetta, que organizaba la competición y pidió entrar. Por más que revisaban, en los estatutos no ponía nada de mujeres. Es verdad que ninguna mujer lo había hecho antes, pero ilegal no era. Fue la primera vez que entraba en una competición de hombres. Llegó la última, pero llegó, lo digo porque muchos corredores hombres de esa carrera, no llegaron a la meta. Esto levantó algunas ampollas… algunos celos de hombre… salió el macho alfa de golpe en el pecho… y ella, como quien oye llover… después de competir en dos Giros de Lombardía, decidió que aquello se le quedaba pequeño… a ella le molaba el Giro de Italia. Era 1924
Su nombre no se aceptó definitivamente hasta sólo tres días antes del inicio de la carrera. Pero su ritmo era menor al del resto… la paraban cada poco para que firmase autógrafos y tuvo algunos problemas técnicos, tanto fue así que llegó a meta con el manillar roto y utilizando un palo de escoba que alguno de los espectadores dio a Alfonsina para que pudiera continuar.…
Alfonsina Strada fue excluida de la clasificación general. La excusa fue la del tiempo máximo, pero había unos celos importantes por detrás. La dejarían participar en el resto de etapas del Giro pero no se tendrían en cuenta sus tiempos.
Y algunos rumores aseguran que se le cambió el nombre por el de Alfonsín Strada… otras leyendas que se disfrazó de hombre para continuar…. Sea como fuera, te pongo un ejemplo. El Giro de Italia en ese año, 1924, lo empezaron 90 corredores. Sólo treinta lo terminaron, incluida Alfonsina Strada. Las bicicletas de competición pesaban 20 kilos y sólo tenían una marcha
Se la conocía como “El Diablo con vestido” en la prensa y hasta el mismísimo Benito Mussolini quiso conocerla.
Según se fue haciendo mayor, perdió las facultades para competir en bicicleta y decidió comprarse una moto. Moto con la que empezó a competir también… pero un día, llegando a casa, tenía una de esas motos enormes de gran cilindrada, se le cayó la moto al suelo, ella tenía 68 años… intentó levantarla y sufrió un infarto.
Ahora se publica un libro infantil ilustrad titulado “Yo, Alfonsina” donde se recoge su historia, también ha aparecido en las colecciones de “Cuentos de Buenas noches para niñas rebeldes” que os recomendamos encarecidamente.