Carolina Martín y Gema Martínez siempre han tenido la inquietud por aprender en todos los ámbitos de la vida. Por eso, no les valía con tener los pies en la Tierra y eligieron el espacio, el infinito. Carolina tiene veintiocho años y Gema veinticinco, ambas pertenecen al grupo de instrumentación espacial del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y desde allí, en Torrejón de Ardoz, son capaces de controlar un rover que recoge información en Marte.
Las investigadoras reivindican que su profesión no es ''eso tan difícil que hacen'', como les dicen en su entorno. Divulgan su trabajo de una manera espontánea, sabiendo que en sus pueblos las conocen como ''las astronautas'' o ''las de la NASA'' ellas lo toman con humor. Aunque estén equivocados, porque Carolina es física y Gema ingeniera espacial.
Ellas demuestran que no hay límites cuando se trabaja con ganas y que ni el infinito se impone ante una intrépida. Son estelares, nos han puesto en órbita y hasta en hora, porque resulta que el padre de una de ellas pertenece al equipo que pone a punto el reloj de la Puerta del Sol de Madrid. Gracias a él vamos a poder tomarnos las uvas y pasar al año 2024.