Esta Generación Intrépida de Por Fin No Es Lunes empezó presentado a los jóvenes que han diseñado la primera lupa inteligente de bolsillo y la lista ha ido creciendo mucho. Montamos una orquesta con Alejandro Escañuela,descubrimos la historia de superación de Ansou Thior , registramos la propiedad con Gonzalo Olmos, debatimos con Tomas Aparicio, preparamos una buena comida con Javier Sanz y Juan Enrique Sahuquillo y cabalgamos con Carolina Villanueva . Como somos muy golosos no podía faltar el chocolate con el maestro Steben Gaviño, practicamos la queja con Arturo Francisco Barbero, diseñamos con Bruno Casanovas y Aléx Benlloch, viajamos a Marte con Carolina Martín y Gema Martinez,hablamos de la pesca sostenible con María Maceiras, enviamos nuestro tupper gracias a Antonio Medina, fuimos ''motomamis'' con Patricia Fernández , viajamos al futuro de la Inteligencia Artificial con Anas Andaloussi y nos leímos todas las novelas de Inma Rubiales. Conocimos al fenómeno mundial de los cortometrajes Pablo Iranzo , nos sentamos frente al piano con Marcos Castilla , divulgamos sobre tecnología con Valeria Corrales y Patricia Heredia, creímos en unicornios con Álvaro Pintado, bailamos la Macarena con Elena Castilla, nos reconciliamos con las matemáticas gracias a Nicolas Atanes, entramos en un mundo de fantasía con Carla Quijada, danzamos al ritmo de Claudia Ávalos, aportamos nuestro voto en las elecciones europeas, negociamos el contrato con Nacho López, jugamos con Belen García, contamos la historia de la librería más antigua de Madrid, incluso, pedimos un taxi muy especial que conducía Raúl García.
Los intrépidos no han parado de sorprendernos y en este último día de programa nos han llevado muy lejos. Mateo Rejón está dentro del equipo internacional que busca extraer y purificar agua en la luna. Es el único español y el más joven, con 24 años ya está inmerso en la nueva carrera espacial en la que este único satélite natural se empieza a ver, incluso, como una gasolinera. Un lugar de paso donde poder repostar y seguir más allá, explorando.
Mateo es de Granada, pero ahora reside en Bremen, Alemania, y desde allí simulan las condiciones que hay en la luna para encontrar fórmulas que puedan extraer ese agua. Un agua que no se sabe aún en qué estado está, pero sí dónde, en los polos norte y sur. Este agua no sería para traerla a la Tierra, sino para conseguir combustible y extraer el oxígeno. Esto permitiría hacer las misiones espaciales más sostenibles y que puedan sobrevivir colonias de astronautas allí. Nos ha contado cómo trabajan desde la tierra en la luna y hemos demostrado que estos jóvenes tienen todo un universo por delante.