Es domingo 21 de enero y faltan 345 días para finalizar este año bisiesto. Invierno en el hemisferio norte y verano en el hemisferio sur. Sigue haciendo mucho frío, pero se va a ir pasando de aquí a mañana. Se van a empezar a recuperar esas temperaturas un poco más agradables, va a llegar la estabilidad que uno espera un domingo para poder tener esa calma antes del lunes.
Se va a recuperar esa estabilidad, aunque con algunas nubes por Galicia, las heladas siguen en Castilla y León y zonas del Cantábrico y Pirineos, y nieblas a esta hora en Castilla-La Mancha. A medida que vaya avanzando la mañana, los efectos de una masa de aire más caliente que se va a acercar por el oeste va a empezar a notarse.
Se esperan 14º en Valencia, 15º en Málaga o 17º en Cádiz. Y la mitad norte de la península se va a quedar rozando los 10º. Cumplimos.
Cumplimos con la previsión meteorológica y esta mañana especialmente con el calendario de mundialidades: es el Día Mundial de la Nieve, el Día del Mariachi, el Día Europeo de la Mediación, el Día Internacional del Abrazo (ahora que se van a cumplir cuatro años de la pandemia es bonito recordar que este día tuvo una connotación un poco distinta) y es el Día Mundial del Pantalón de Chándal, porque saben que el pantalón de chándal tiene una historia.
Se creó para que los deportistas y olímpicos como José Luis Llorente pudieran entrenar al aire libre sin enseñar nada porque hacía frío, pero algunos no lo usan para sudar la gota gorda. Con el tiempo esta prenda nos ha ganado a todos en simpatía para ir cómodos, despreocupados por la vida y desde 2009 se viene celebrando este día con la idea de que la vida es demasiado corta como para usar ropa ajustada todo el tiempo.
El sentido de la comodidad es un sentido muy particular, pero es el que se altera con más facilidad, con que cualquier otro sentido falle, el de la comodidad dejó de funcionar. Hay dos millones de personas invisibles en este país a las que se trata de olvidar y meter en el cajón de los persistentes, un cajón que no es demasiado cómodo y en el que conviven con o sin, con más secuelas y dolencias o sin el sentido del gusto y del olfato después del Covid.