Aparentemente, 2021 ha fracasado en su intento de marcar distancia con su antecesor. Y es evidente que las navidades de este año guardan parecido de lo que esperábamos de las navidades pasadas.
En las últimas horas, seguro que muchos de ustedes tienen esa sensación: se han multiplicado las muestras de desencanto y hartazgo de personas cercanas. "Otra vez", es lo que más han repetido algunos de los próximos en casa, en el trabajo, los amigos. Es como si nos estuvieran moviendo la meta unos metros más adelante cada vez que creemos estar a punto de cruzarla.
Objetivamente, fríamente, con los datos en la mano, estamos en muchísima mejor situación que hace seis meses y por supuesto, que hace un año. La realidad es que ahora los problemas vienen fundamentalmente de los no vacunados aquí -las UCI están ocupadas mayoritariamente por los que se negaron a ello- y cientos de miles de personas aún no han recibido ninguna dosis en otras partes del planeta. Por eso las variantes procederán y proceden de estos países.
Parece que a veces olvidamos el dolor evitado desde que empezamos a contar con la vacuna.
