Será mañana, pero sus efectos se dejan sentir desde que amanecimos ayer viernes. Ayer, hoy y ya veremos si multiplicado por cien, si lo consigue mañana, se ha hecho un espacio en la maraña de las cosas que pasan, casi todas en tonos grises u oscuros.
Nadal como paréntesis, consuelo, referencia, respiro, analgésico, calmante, incluso, como horizonte ilusionante de este fin de semana. Nadal como sinónimo de tregua. ¿Cuántas dosis de Nadal necesitamos para hacerlo todo más llevadero?
Encuéntreme un solo nombre que nos genere idénticas reacciones. Casi tanto como sus extraordinarios méritos deportivos están sus extraordinarios méritos estimulantes para varias generaciones. Gente de 40, 50, 20 y 30, y todo sin alzar la voz.
En un tiempo de inmenso ruido, su tono y su actitud realzan aún más el valor de su mensaje.