Ya sé que a ciertas horas de la mañana preguntar ciertas cosas puede llegar a ser contraproducente por el tipo de pregunta. Pero, vamos a ello. ¿Hay casas con alma? Aunque acabaran desnudas y desprovistas de todos aquellos elementos que la dieron vida y la convirtieron en el hogar de su propietario, ¿pueden cuatro paredes tener un valor simbólico, inmaterial?
A Velintonia acudían todos: Luis Cernuda, Gerardo Diego, Jorge Guillén, José Hierro, Pablo Neruda, Dalí, Lorca gustaba de tocar el piano en uno de los salones. Todos los grandes poetas y escritores pasaron durante décadas por el lugar. También más tarde, y ya durante los últimos años de su propietario, escritores como Luis Antonio de Villena o Vicente Molina Foix también han hablado de aquellas largas conversaciones con Vicente Aleixandre.
Premio Nobel de Literatura 1977, era la casa del Nobel y la mayor parte de su obra fue escrita en aquel lugar. Abandonada dos años después de su muerte, sale a subasta próximamente por 4,6 millones de euros y nadie cree que nadie la compre por esa cantidad.
La Comunidad de Madrid la declaraba en junio de este año Bien de Interés Patrimonial por su valor simbólico. Pero lo que puede ser muy posible es que La Casa de la Poesía (con eso sueñan un grupo de personas que pretenden salvarla) acabe convertida en otra cosa totalmente distinta.
En Por fin, hace dos temporadas contamos cómo las pertenencias de Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina de 1906 acabaron vendiéndose en el Rastro de Madrid. Esta mañana, a lo mejor la pregunta a esta hora no sienta bien: ¿realmente son solo objetos, ladrillos?
