Todos somos Alcaraz, todos amamos su juego e, incluso, amamos el tenis. Lo hemos descubierto este fin de semana. Ayer incluso parecía que todos supiéramos de tenis. Éramos como un gran comité de expertos. Reacciones de euforia desde todos los puntos.
La victoria de un chaval de 19 años frente a Djokovic hace más por el concepto de comunidad que siglos de historia común. Bueno, también nos une mucho un arroz o una paella los domingos -y no es que seamos especialmente individualistas. Hay otros que lo son más-. Pero preferimos ser opositores. Es como si viviéramos en una permanente y gigantesca reunión de comunidad de vecinos.
Así que yo creo que hoy toca decir "Gracias, Carlos" y también "Gracias, Murcia" por esa contribución al bien común.