Los garajes, como continentes de objetos de todo tipo y como concepto en sí mismo. Vayamos haciéndonos a la idea de que el imaginario común de cada uno con su garaje, el que lo tenga, es intransferible. Por no decir que los garajes son como las cuevas de Alibabá, con la diferencia que tu mismo solito eres los 40 ladrones llevando botines y acumulando cosas.
Eso sí, todos coincidimos en que el garaje ordenado no existe. Que en el garaje se aparcan más que vehículos. Que es posible encontrar pulpos. O cosas más originales. Y objetando al respecto me di hace poco con una imagen que me llevó hasta estos grandes museos del coleccionismo del día a día que son los garajes...