Hay objetos que, según cómo los interpretes, pueden convertirse en objetos de defensa personal. Hasta un libro con muchas páginas puede acabar siendo en mejor chaleco antibalas. Una piedra de cuarzo, el ónix, las piedras, fortalezas que siempre nos han defendido, pero hoy hablamos de los siguientes objetos:
- El tejado.
- La capa.
- La manta.
- El escudo.
- La tapa de sartén.
- La armadura.
- El respaldo del sofá (como objeto de defensa estratégica).