El tarro es un recipiente que tiene su origen en el vaso o vasija de barro cocido, con o sin asas, pero tapa. En su evolución industrial ha dado nombre a una larga lista de recipientes de diferentes tipos, fabricados en distintos materiales y con diseños técnicos muy variados, buscando mejorar sus propiedades de conservación de alimentos, como ocurre en los tradicionales tarros de farmacia, con más de cinco siglos de uso y tradición.
El bote es un recipiente de pequeño o mediano tamaño, por lo general cilíndrico y provisto de una tapadera, usado para guardar, conservar o almacenar líquidos o sólidos.
El frasco es un recipiente de la familia de los vasos, con "cuello recogido" y por lo general de pequeño tamaño y fabricado en vidrio.