Solemos utilizar los términos antiguo, vintage y retro casi sin distinción, pero a la hora de comprar un objeto con estas etiquetas, hace falta entender la diferencia entre ambos, para saber qué se está adquiriendo y por qué precio.
Está claro que hay objetos que se revalorizan con el tiempo, otros que pierden toda su utilidad y algunos que serán piezas de coleccionismo o subasta. Es como que tuvieran los objetos un destino escrito.
ANTIGUO
La oficina de Aduanas de Estados Unidos define, desde 1930, que un objeto antiguo debe tener al menos 100 años de edad. Una de las razones para esto sería que, en aquel entonces, los productos anteriores a 1830 eran todos hechos a mano, mientras después inició la revolución industrial que permitió la producción masiva.
EJEMPLO: a partir de este 2020, los objetos de 1920 ya serían antiguos, pero los de 1921 todavía no. Esta catalogación se ha convertido en el estándar de las antigüedades.
Esto es importante saberlo porque para definir viejo y cayendo en todos los edadismos posibles, resulta que para que algo se considere viejo tan solo tiene que ser eso viejo como que no vale para nada.
Para que un objeto sea considerado antiguo no basta con que cumpla la categoría de edad, sino que debería tener un valor considerable, ya sea por estética o por valor histórico.
Así, cualquier objeto de más de 100 años, pero sin un valor agregado, sería simplemente viejo.
VINTAGE
Existen objetos con cierto valor estético y con valor histórico que no tienen 100 años de edad, y es ahí donde comienzan las diferencias, siendo el término vintage uno de los primeros.
Por lo general, el término se usa para objetos coleccionables de otra época y que se han vuelto a poner de moda. Hoy por ejemplo entrarían objetos de los años 1960 y 1970. Sin embargo, para coleccionistas serios, debería tener al menos 20 años de edad, es decir objetos de los años 1990 serían solo coleccionables, pero todavía no vintage. Podemos agregar que son objetos lo suficientemente viejos para no poder considerarse usados, pero deben ser representativos de la época en la que fueron hechos, y de preferencia en buenas condiciones.
Y, al igual que con lo antiguo, si el objeto no tiene un real valor histórico o representativo de su época, sería solo viejo.
RETRO
Ahora entramos en otra complicación, pues este término también se refiere a objetos viejos que todavía no pueden considerarse antiguos, pero no precisamente vintage.
La mayor diferencia entre estos dos es que lo retro se asociaría a objetos coleccionables que están fuera de moda o estilo.
A pesar de todo lo anterior, un objeto antiguo no tendría que ser necesariamente más caro que uno vintage.
CONCLUSIÓN: todos los aquí presentes somos vintage porque tenemos más de 20 años de existencia… algunos por los pelos.