Piel de policía: Médico impostor, sospechoso de una muerte
Carlos Quílez nos cuenta la historia. Ocurrió el día 1 de abril, en plena efervescencia de la pandemia del coronavirus. Un hombre de 80 años ingresó de urgencias en el hospital de Martorell, en Barcelona. Se le hizo la prueba y dio positivo en COVID-19. Inmediatamente le administraron el tratamiento y le dejaron ingresado.
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Este hombre, José, respondió muy bien a dicho tratamiento. Durante los seis siguientes días, el paciente informaba a sus hijos de que cada vez se encontraba mejor. Pero el día 6 de abril todo se truncó. Esa noche, un médico llamó a la familia diciendo que José, había muerto. El medico no era tal. Era un impostor. Un cara dura que falsificó su carnet de colegiado para ingresar en el cuadro de facultativos del hospital.