Javier Cancho aborda en 'Punta Norte' el problema del agua en el mundo. Tirando de un proverbio africano que afirma que "el agua sucia no puede lavarse", Cancho ha puesto sobre la mesa algunos datos demoledores. Porque, si bien es cierto que casi nadie en el mundo muere, en sentido estricto, de sed, también es verdad que está aumentando -de un modo inquietante- la proporción de personas que fallecen a causa del agua contaminada o debido a conflictos motivados por el acceso al agua.
Cerca de 1.000 niños mueren, cada día, por ejemplo, por enfermedades diarreicas asociadas con agua potable contaminada o con saneamientos deficientes. "Es un goteo invisible para nosotros", advierte Cancho, "pero son mil niños al día".
No sólo los datos sirven para ilustrar el relato, también la historia. Así, cuenta Javier Cancho cómo cambió un enclave situado en las cercanías del golfo Pérsico y conocido como 'la Venecia de Oriente': "poco después de que llegasen los misiles... poco después, aumentó el ritmo de los vertidos. Se vertían aguas residuales -sin tratar- a los cursos de los canales de la ciudad. Los primeros en enfermar fueron los estibadores. Sólo lo que emanaba de los canales causaba migrañas insoportables. En el verano de 2018 el agua contaminada de la ciudad de Basora envió a los hospitales de la comarca a 120.000 residentes."